Un equipo de investigadores ha logrado imprimir con éxito una reproducción artificial de la córnea, que podría utilizarse en trasplantes en humanos. Aunque ya se han utilizado córneas artificiales para sustituir otras dañadas, ahora se ha usado tejido biológico derivado del tejido córneo, que aumenta la transparencia del material.

La córnea es la capa más superficial del globo ocular y protege al resto de capas de sustancias externas. Por eso, y por ser el primer punto del ojo que entra en contacto con la luz, debe ser flexible, moverse al mismo tiempo que la pupila, y es necesario que sea transparente para permitir el paso de la luz.

Aunque hasta ahora ya se realizaban trasplantes de córnea artificiales, el mayor problema se encontraba en la dificultad de encontrar un material que fuera tanto resistente, como lo suficientemente transparente para no perjudicar la visión. La limitación surgía por la falta de sustancias que no resultaran tóxicas para el ojo a la hora de lograr una mayor transparencia del material.

A través de un nuevo procedimiento, y usando células madre como tejido para la impresión, se ha logrado resolver ese problema, y crear una córnea artificial que termina con un patrón de estructura que imita una córnea humana nativa después de varias semanas in vitro.