Anteriormente, los investigadores desarrollaron una célula fotovoltaica flexible que podría incorporarse a los textiles.

En este estudio, integraron un dispositivo sensorial, llamado transistor electroquímico orgánico, un tipo de dispositivo electrónico que se puede utilizar para medir funciones biológicas, en una célula solar orgánica flexible. Al usarlo, se pudieron medir los latidos del corazón de las ratas y los humanos bajo condiciones de luz brillante.

Los dispositivos auto-alimentados, que se pueden ajustar directamente en la piel o el tejido humano, tienen un gran potencial para aplicaciones médicas. Podrían usarse como sensores fisiológicos para la monitorización en tiempo real de la función cardiaca o cerebral en el cuerpo humano.

Pero la realización práctica no ha sido práctica debido al volumen de las baterías y al suministro insuficiente de energía, o por la interferencia de ruido del suministro eléctrico, lo que impide el amoldamiento y el funcionamiento a largo plazo.

El requisito clave para estos dispositivos es un suministro de energía estable y adecuado. Un avance clave en este estudio, publicado en 'Nature', es el uso de una superficie de nano-rejilla sobre los absorbentes de luz de la célula solar, lo que permite una alta eficiencia de foto-conversión (PCE) y la independencia del ángulo de luz.

Para demostrar una aplicación práctica, los dispositivos sensoriales llamados transistores electroquímicos orgánicos se integraron con células solares orgánicas en un sustrato ultrafino (1 m) para permitir la detección auto-alimentada de los latidos cardiacos en la piel o para registrar señales de electrocardiograma (ECG) directamente en el corazón de una rata.

Los investigadores descubrieron que el dispositivo funcionaba bien con un nivel de iluminación de 10.000 lux, que es equivalente a la luz que se ve cuando uno está a la sombra en un día claro y soleado, y experimentó menos ruido que dispositivos similares conectados a una batería, presumiblemente debido a la falta de cables eléctricos.