Desde 2018, la mortalidad por cáncer de páncreas está aumentando de forma significativa en todo el planeta, y en Europa, superará las muertes por cáncer de mama. La falta de resultados positivos ha reducido, a solo un 10%, la tasa de supervivencia a los cinco años de desarrollar un tumor en el páncreas.

El tratamiento consiste en el uso de un inhibidor de PARP, denominado olaparib. Esta terapia, utilizada para detener a la enzima poli ADP ribosa polimerasa (PARP), ya habría probado su eficacia contra otros tipos de cáncer, como el de ovario. La nueva investigación, que se une a otras, como la presentada por el Dr. Barbacid, se ha centrado en utilizar un tratamiento basado en este inhibidor en pacientes afectados de cáncer de páncreas avanzado, y con una mutación germinal, que suponen entre un 7% y un 8% de los pacientes con cáncer de páncreas.

Los resultados confirman que al usar este tratamiento después de quimioterapia, el tumor se mantiene controlado hasta 7,5 meses, frente a los 3,8 meses en pacientes a los que se administraba un placebo.

Los pacientes que respondieron de manera positiva al tratamiento, y que constituyen un 25% del total, han logrado aumentar su tasa de supervivencia a los 18 meses; un dato que hasta el momento no sobrepasaba los 11 meses. Se espera que en menos de dos años este tratamiento llegue a nuestro país, y que la investigación continúe avanzando para lograr resultados positivos frente a otras mutaciones del cáncer de páncreas, lo que podría suponer un tratamiento efectivo para un 20% de las personas que sufren esta enfermedad.