Este equipo se ha centrado en ver qué pasa realmente en la persona que se está tratando, monitorizando a través del propio exoesqueleto cualquier cambio a nivel cerebral, medular y muscular, lo que supone el siguiente paso a una terapia tradicional en la que no se sabe realmente el impacto que la rehabilitación está teniendo en los pacientes.

"En las terapias tradicionales el paciente puede estar charlando con el terapeuta mientras sus piernas se mueven sobre una pasarela", ha resumido el investigador del proyecto y miembro de CSIC , José Luis Pons, "sin embargo en este prototipo la intención de moverse del paciente es fundamental, tanto que un agente no funciona sin el otro", añadía.

Así los sensores son capaces de recoger la planificación motora del cerebro, es decir "recoger la información de lo que la persona quiere hacer con sus piernas, saber si quiere echar a andar o pararse antes de ayudar al movimiento", ha explicado el ingeniero.

Pero el simple hecho de mover las piernas, también genera información de vuelta al cerebro, "para percibir a través de la actividad cortical si se tienen las piernas estiradas o encogidas”, unos datos que igualmente han podido ser utilizados por los investigadores para realizar el seguimiento. El proyecto se centra en recuperar la función y no únicamente en "una tecnología que pase a sustituir la silla de ruedas", ha asegurado Pons, que busca "la rehabilitación versus la asistencia".

Las valoraciones subjetivas del convaleciente, tales como confort, dolor y fatiga o su satisfacción como usuario, también han tenido un valor notable en el desarrollo del H2 que puede aplicarse a pacientes con lesiones medulares, parálisis cerebrales, accidentes cerebrovasculares, temblores patológicos posturales y parkinsonianos e incluso con pacientes amputados.

El futuro de este esqueleto robótico pasa por "desarrollar capacidades más allá de la marcha para poder por ejemplo subir escaleras" así como reducir su consumo energético para "ahorrar peso al paciente" que hasta el momento debe llevar mochilas y baterías. Asimismo el prototipo, que será comercializado próximamente por una empresa madrileña, "tendrá que esperar hasta generar la experiencia clínica suficiente para ser utilizado en la terapia diaria de un hospital".

En cualquier caso "lo más importante es entender que la tecnología y el diseño no son enemigos", ha matizado el profesor asociado del Pratt Institute de Nueva York y moderador de la presentación, Nacho Urbina, quién ha insistido en la importancia de un proyecto "tan multidisciplinar y sobre un tema tan sensible".