Nettie María Stevens (1892-1914) revolucionó los campos de la ciencia. Su principal contribución fue descubrir la influencia cromosomática en la asignación del sexo en el feto. Stevens tiene a su favor identificar los cromosomas X e Y como responsables y sentar las bases de la citogenética moderna. Un hallazgo fundamental para explicar por qué una persona nacía hombre o mujer. 

El trabajo Studies in Spermatogenesis with Special Reference to the 'Accessory Chromosome' de 1905 marcó un antes y un después en el estudio de la genética.

La científica analizó la diferenciación celular en embriones y en el estudio de los cromosomas. Si antes la ciencia había sostenido que los cromosomas se organizaban en largos bucles, ahora Stevens trazó un dibujo distinto: los cromosomas existen como estructuras parejas en las células. 

Si las células somáticas de las hembras contenían 20 cromosomas grandes, las masculinas tenían 19 grandes y una pequeña, 9 parejas de cromosomas grandes y una constituida por uno grande y otro pequeño.

Así esta mujer pudo llegar a la conclusión que son los cromosomas los encargados de determinar el sexo de los organismos y que la única diferencia que determina el sexo radica en dos clases de espermatozoides: los espermatozoides que poseen el cromosoma X y los que poseen el Y.