El número de expertos que informa de las numerosas ventajas de dejar de fumar es cada vez mayor. A esto se le suman los distintos estudios que advierten de los perjuicios del tabaco para la salud de fumadores, y de fumadores pasivos.

Por lo general, el plazo para superar la adicción al tabaco, una vez iniciado el intento de abandonar este hábito no suele ser mayor a las tres semanas. No obstante, organizaciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) recuerdan que eventos estresantes, así como vivir determinadas situaciones o tomar alimentos como el café, pueden derivar en una necesidad de retomar el tabaco.

Dejar de fumar conlleva a mejorar en gran medida el nivel de vida. Además, este hecho cuenta con todo tipo de beneficios, tanto inmediatos como a lo largo del tiempo. Y dependiendo de la edad a la que se abandone este hábito, se recuperarán años de vida.

Si se abandona el hábito de fumar antes de los 40 años, se ganarán hasta 10 años de vida. En cambio, si esto tiene lugar antes de los 50, la esperanza de vida aumentará hasta 9 años. Una cifra que se reduce a una ganancia de 6 años en personas de menos de 60 años, y a 3 años en aquellos que superen esta edad.

Por otra parte, a los 20 minutos de dejar de fumar disminuye el ritmo cardíaco y la presión arterial. En menos de 12 horas, el monóxido de carbono en sangre se reduce a niveles normales.

En torno a las dos semanas o, como mucho, los nueve meses, se produce una mejora en la circulación sanguínea y en la función pulmonar del exfumador, y disminuye la dificultad para respirar y la tos derivada del consumo de tabaco.

En los siguientes años a haber abandonado este hábito, el riesgo de cardiopatía coronaria se reduce un 50%, así como el de cáncer de pulmón. A los cinco años, el riesgo de accidente cerebrovascular corresponde al de un no fumador.

Dejar de fumar, además supone también un importante beneficio para la salud de los conocidos como fumadores pasivos, que tras el cambio verán reducido el riesgo de sufrir enfermedades como asma. Además, en fumadores pasivos existe una mayor probabilidad de muerte prematura por culpa del humo del tabaco.

Por último, tanto las sustancias liberadas por el humo del tabaco, como aquellas que se encuentran en la propia colilla, dañan la vida silvestre, la salud del planeta y contaminan los suministros de agua potable.