Las células cancerígenas son muy difíciles de ver, incluso con una lupa de gran potencia, por lo que estas gafas están diseñadas para hacer que sean más fáciles de distinguir de células sanas, en el transcurso de la cirugía.

"Estamos en las primeras etapas de desarrollo de esta técnica, y quedan pruebas e investigaciones por hacer, pero potenciales beneficios para los pacientes nos alientan", explica Julie Margenthaler, profesora de cirugía de la Universidad de Washington y autora de la primera operación de prueba con las gafas.

La atención actual al cáncer requiere que los cirujanos extirpen los tumores y parte del tejido que lo circunda, que puede o no contener células cancerosas. Las muestras extraídas se envían a un laboratorio de patología, donde son observadas bajo un microscopio. Si en ellas se encuentran células cancerosas; suele recomendarse una segunda cirugía para la extirpación del tejido adicional.

Este avance incorpora tecnología de video, un visualizador que se instala en la cabeza, y un agente molecular específico que se une a las células cancerosas, y que hace que éstas brillen cuando se ven a través de las gafas.

Margenthaler, especialista en cáncer de mama, señala que entre un 20 y un 25% de las pacientes con esta enfermedad, precisan de una segunda cirugía porque la tecnología disponible actualmente no muestra adecuadamente durante una primera operación la verdadera extensión de las células cancerígenas. "Nuestra esperanza es que esta nueva tecnología reduzca o, idealmente, elimine la necesidad de una segunda cirugía," afirma.

El dispositivo no es más que un prototipo y aún debe mejorar. No obstante, estas gafas podrían eliminar la necesidad de realizar las rutinarias cirugías de seguimiento, evitando molestias, dolor y ansiedad a los pacientes.