El tratamiento contra el cáncer a través de glóbulos blancos ha encontrado en un gel especial la superficie perfecta para su desarrollo. Todo parte de la necesidad de estimular células T, un tipo de glóbulo blanco, para que sean capaces de detectar y proceder a la anulación de células cancerosas, o dañadas. Además, estas deben ser capaces de multiplicarse rápidamente.

El proceso por el cual las células T serían uno de los agentes óptimos para combatir distintos tipos de cáncer se encuentra en su facilidad de modificación a la hora de detectar tumores. No obstante, para poder acondicionar a estos glóbulos, primero es necesario extraerlos de la sangre de un paciente para, una vez modificados, volver a inyectarlos.

En este punto es donde los especialistas del centro Johns Hopkins Medicine observaban la mayor complicación. Después de extraer las células, estás no se multiplicaban con suficiente rapidez, lo que dificultaba cualquier terapia centrada en ellas. Esta situación llevaba a que, una vez inyectadas de vuelta, las células T terminaran por desaparecer sin haber logrado un método de combate eficaz contra el cáncer.

No obstante, una de las últimas investigaciones a este respecto, ha demostrado la efectividad de un gel especial, que actúa como “un ambiente muy suave”, y que los científicos relacionaban con una superficie similar a la creada para “interacciones con células individuales”. De esta forma se consiguió que se multiplicaran las células T un 80% más de lo logrado en cualquier otro tipo de superficie.

En un proceso de siete días los resultados avalaban este procedimiento, ya que las células criadas en el hidrogel especial crecieron hasta llegar a más de 150.000. En contraposición, las que se reprodujeron en superficies típicas no lograron aumentar sus números a más de 20.000 glóbulos. Algo que podría comenzar a usarse en un futuro próximo como terapia antitumoral.