Un estudio mundial sobre el cáncer de mama metastásico, presentado en la Sexta Conferencia Internacional de Consenso sobre Cáncer de Mama Avanzado (ABC6) revela que el cáncer de mama precoz presenta un riesgo de entre el 6% y el 22% de extenderse a otras partes del cuerpo.

Sin embargo, no todas las mujeres presentan la misma predisposición. En este sentido, corren más riesgo aquellas que son diagnosticadas con cáncer a una edad temprana, aquellas en las que el tumor es más grande en el diagnóstico inicial, y aquellas que padecen tipos específicos de cáncer de mama, como el denominado luminal B.

Cada año, a cerca de 2,3 millones de personas se les diagnostica cáncer de mama, pero este es el primer estudio que investiga cuántas de ellas terminan desarrollando la enfermedad de forma avanzada (CMA), lo que permite conocer quiénes corren más riesgo y qué tratamientos son necesarios.

En el momento en que el cáncer de mama se extiende a otras partes del cuerpo, es mucho más difícil de tratar e implica un mayor riesgo de muerte. Los resultados del estudio forman parte de un meta-análisis de la literatura disponible, en base a todos los estudios sobre el cáncer de mama y su propagación a otras partes del cuerpo.

El riesgo estipulado entre el 6% y el 22% de padecer metástasis es una cifra aplicable a la mitad de las mujeres del análisis, con solo una cuarta parte de las mujeres con un riesgo mayor, y una cuarta parte con un riesgo menor (conocido como rango intercuartil).

Se trata de un rango amplio debido a que la predisposición varía en función de los diferentes factores de riesgo. De este modo, las mujeres más jóvenes tienen una forma más agresiva de cáncer de mama, igual que ocurre con aquellas a las que se les diagnostica en una fase más tardía.

En función del tipo de cáncer de mama, aquellas diagnosticadas con luminal B (con receptores hormonales positivos y que tiende a crecer más rápido) presentan mayor riesgo de metástasis que las diagnosticadas con luminal A (con receptores hormonales positivos y que tiende a crecer más lentamente).

Finalmente, el estudio sugiere que las tasas de recidiva a distancia, es decir, de reaparición del cáncer de mama tras el diagnóstico inicial y su propagación a otros órganos, han disminuido con el tiempo desde las mujeres diagnosticadas en los años 70 y 80, aunque esto puede deberse al tiempo que pasa entre el primer diagnóstico de cáncer de mama y la aparición de metástasis.