La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Por este motivo, desde el año 2004 se conmemora el Día Europeo de la Depresión, a propuesta de la Asociación Europea para la Depresión (EDA).

A nivel mundial, más de 300 millones de personas sufren depresión, mientras que, en España, este problema afecta al 6,7% de la población, el doble de mujeres que hombres. En este sentido, este problema de salud mental ha crecido un 18,4% entre los años 2005 y 2015.

Más allá de la apariencia triste y cabizbaja, la depresión presenta muchos síntomas diferentes. Entre los más comunes se encuentran el malestar general, dolores indeterminados en el cuerpo, falta de energía, apatía o tristeza, irritabilidad, poca concentración, poco apetito, y ostracismo (no querer salir de casa o de la cama).

La depresión es una enfermedad mental más, y como tal, necesita de gran cuidado, ya que el propio estado anímico del paciente puede provocar enfermedades cardiovasculares, diabetes u otros trastornos mentales.

Sin embargo, el mayor riesgo de la depresión es el suicidio. En este sentido, las personas que sufren depresión crónica son 21 veces más propensas a quitarse la vida. Por ello, es fundamental que todos los países cuenten con un buen servicio terapéutico, así como una accesibilidad económicamente asequible al tratamiento.

Con motivo de este día, lo ideal es asistir a algún evento informativo que favorezca la comprensión de este problema. Es imprescindible escuchar a especialistas y organizaciones que pueden ayudar a solventar este problema e impulsar a nuestro país al desarrollo de políticas públicas en materia de enfermedades mentales.