Durante su intervención en el Foro Salud, Domínguez-Gil ha calificado este incremento de "espectacular" y ha señalado que, aunque todavía es pronto para confirmarlo, si se sigue al mismo ritmo se puede acabar el año con un aumento del 1 % en la tasa de donación, que en 2018 se situó en 48 donantes por millón de habitantes.

La directora de la ONT ha explicado que en un 10 % de los casos se recurre al donante vivo, cuyo perfil es mayoritariamente mujer, mientras que en el donante fallecido predomina el sexo masculino.

Domínguez-Gil ha destacado también el éxito del programa de trasplante renal cruzado que combina parejas de donante-receptor incompatibles para formar parejas compatibles entre sí.

Desde su puesta en marcha, son 215 los trasplantes realizados en este programa con la participación de 16 donantes altruistas, conocidos como "buen samaritano".

Se trata de una persona que dona en vida sin tener conocimiento de a quién va destinado su órgano (hasta ahora siempre un riñón) y a partir de ahí se establece una cadena de trasplantes.

La primera cadena de este año la ha originado una "buena samaritana", que gracias a su altruismo ha posibilitado realizar cuatro trasplantes de riñón.

Domínguez-Gil ha precisado que el principal problema que impide la plena expansión de los trasplantes es la escasez de órganos, por lo que se están fomentando nuevas vías como la donación en asistolia (donantes a corazón parado), que está aumentando.

También estiste una tendencia hacia la flexibilización segura de los criterios de aceptación de órganos como en el caso de donantes infectados por el virus de la hepatitis C para receptores no infectados.

Ya se han realizado 10 trasplantes de órganos de personas con virus detectables en receptores negativos, todos ellos con éxito, y 46 donantes de con serología positiva pero sin detectarse el virus en sangre.