Las células B o linfocitos B conservan mejor la memoria de la proteína de la espiga del coronavirus en las personas que se recuperan de casos menos graves de COVID-19 que en quienes se recuperan de casos de COVID-19 grave, según un reciente estudio del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio.

La investigación, que ofrece conclusiones relevantes a la hora de entender la reinfección de SARS-CoV-2 o la gravedad de la enfermedad resultante, se ha centrado en el estudio de las células B de memoria que reaccionan contra esta proteína, analizando muestras de sangre recogidas un mes después del inicio de los síntomas y tras cinco meses desde el inicio de los mismos. Los resultados indican que al cabo de un mes, una proporción significativa de células B específicas de la espiga estaban activas. Los investigadores destacan además que las muestras de ocho personas que se recuperaron de la enfermedad menos grave mostraron una mayor expresión de marcadores asociados a la memoria duradera de los linfocitos B en comparación con los pacientes que se recuperaron de un caso de COVID-19 grave, cuya probabilidad de ofrecer una respuesta inmunitaria deteriorada es más alta.

Los linfocitos B positivos para T-bet y específicos para la proteína de la espiga del coronavirus prácticamente desaparecieron de las muestras de sangre cinco meses después de la aparición de los síntomas. En general, el estudio señala que la respuesta de las células B es más disfuncional en los casos graves de la enfermedad.

La definición de casos graves se basó en la necesidad de los pacientes infectados con COVID-19 de ventilación mecánica.