Un documento de consenso internacional señala que el ejercicio y la actividad física son la mejor solución para los mayores. El informe afirma que el uso del ejercicio es fundamental para promocionar la salud, prevenir el tratamiento de enfermedades y mejorar las dolencias crónicas en las personas mayores. La ausencia de ejercicio y actividad física, así como las conductas sedentarias excesivas constituyen factores de riesgo de mortalidad por todas las causas.

Además, también provocan dolencias crónicas como las cardiovasculares, la obesidad, la sarcopenia, la fragilidad y la falta de autonomía. De este modo, la actividad física también influye en los factores clave del envejecimiento que propician estas enfermedades en las personas mayores.

Por ello, tanto el ejercicio como la actividad física mejoran la calidad de vida, la función física, reducen la gravedad de las enfermedades crónicas, el riesgo de mortalidad prematura o la mortalidad por enfermedad cardiovascular, cáncer o enfermedades crónicas respiratorias.

Los científicos consideran necesario que cualquier atención médica establezca una prescripción de ejercicio adecuada; esto supone un reto a la hora de incorporar programas de ejercicio de forma obligatoria en la atención de ancianos prefrágiles y frágiles en cualquier entorno hospitalario, ambulatorio y de atención.

Del mismo modo, el ejercicio y la actividad física no se encuentran completamente integrados en la medicina geriátrica. Por todo ello, resulta fundamental impulsar un apoyo social y ambiental para el ejercicio en personas mayores.

Finalmente, esta declaración será presentada en el próximo congreso internacional ICFSR (International Conference on Frality and Sarcopenia Research) entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre, donde participan los mayores expertos en prescripción de ejercicio físico a nivel mundial.