El trabajo de esta ingeniera industrial, investigadora del Centro de Automática y Robótica (CAR) del CSIC y cofundadora de la empresa Marsi Bionicsha sido citado en más de 2.600 publicaciones acreditadas.

Comenzó a desarrollar el primer exoesqueleto ajustable del mundo para niños después de enterarse de que no existía tal solución, una decisión que tiene el potencial de mejorar la esperanza de vida y el bienestar mental de millones de pacientes jóvenes.

Su investigación la ha situado como una de las tres finalistas en la categoría Investigación para el Premio al Inventor Europeo, que reconoce las invenciones basadas en avances en la ciencia de vanguardia. Los ganadores de la edición 2022 del Premio al Inventor Europeo se anunciarán en una ceremonia virtual el 21 de junio.

“Cuando miré las cifras y descubrí que 17 millones de familias enfrentaban este panorama sombrío y no había una solución a la vista, me di cuenta de que debía resolver el problema yo misma”, comenta la investigadora.

García Armada se propuso desarrollar exoesqueletos pediátricos y trabajar en una solución: un traje ajustable de titanio conectado a una batería y una red de pequeños motores con sensores, software y maquinaria. Estos componentes funcionan como articulaciones mecánicas que se ajustan al cuerpo y magnifican los movimientos suaves al mismo tiempo que se adaptan al movimiento de cada niño a medida que avanza su rehabilitación, lo que permite un tratamiento personalizado. El exoesqueleto se puede ajustar a un niño, generalmente entre 3 y 10 años, en menos de 8 minutos, lo que les permite caminar durante las sesiones de rehabilitación muscular.

Niños capaces de caminar por primera vez en su vida

En 2013, García Armada realizó sus primeras pruebas con Daniela, cuyo rostro se iluminó cuando comenzó a caminar en el exoesqueleto. Varios niños también pudieron caminar por primera vez en su vida, y algunos padres informaron mejoras en el bienestar mental de sus hijos. Otros pacientes se desenvolvieron mejor en la escuela y se volvieron más sociables. “Mi invento es algo más que un dispositivo médico”, subraya.

Después de que las imágenes que mostraban a Daniela caminando se volvieran virales, esta experta se vio inundada de solicitudes para ayudar a familias de todo el mundo. Fundó Marsi Bionics y comenzó a industrializar prototipos, siguiendo la Directiva Internacional de Dispositivos Médicos, y a realizar ensayos clínicos. En 2013 solicitó su primera patente para actuadores elásticos, articulaciones con firmeza ajustable que responden al movimiento muscular sutil. Un año después solicitó una segunda patente para un exoesqueleto que se puede adaptar a diferentes condiciones médicas y propiedades físicas del cuerpo.

Las patentes resultaron vitales para aumentar la inversión. Sin ellas no habría habido forma de contratar el talento necesario para llevar la invención al mercado.

En los años siguientes, García Armada comercializó dos de sus inventos patentados.

Desde entonces, Marsi Bionics ha crecido a 25 empleados, mientras que el exoesqueleto pediátrico de Elena García Armada ya está en uso en centros de rehabilitación y hospitales de la UE y México. Los analistas han valorado el mercado de exoesqueletos en 430 millones de euros en 2021 y el crecimiento del proyecto a 2.800 millones de euros para 2026.

Otra española entre los finalistas

La química e ingeniera de materiales española y catedrática de universidad Nuria Espallargas, junto con el científico indonesio de materiales y profesor titular de universidad Fahmi Mubarok, han sido nominados conjuntamente para el European Inventor Award 2022 por un nuevo proceso que permite utilizar materiales cerámicos que carecen de un punto de fusión a altas temperaturas, con el fin de ser proyectados sobre componentes industriales

Estos innovadores recubrimientos cerámicos por proyección térmica están diseñados para prolongar la vida útil de los componentes utilizados en varias aplicaciones industriales, ya que los protege mejor del desgaste y la exposición química. Se espera que los primeros usos industriales sean en frenos de automóviles o trenes, herramientas y equipos de fabricación de vidrio, equipos utilizados para la extracción de metales, y en un próximo proyecto con la Agencia Espacial Europea, que probará cómo estos recubrimientos pueden resistir la abrasión a la arena de la Luna y Marte.