La doctora Sanja Josef Golubic, del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zagreb (Croacia) ha encontrado un biomarcador individual de la enfermedad no invasivo para detectar los primeros síntomas del Alzheimer.

La cura al Alzheimer es uno de los grandes desafíos de salud pública a nivel mundial, sus cambios patológicos empiezan décadas antes de que se produzcan los primeros síntomas clínicos. La presidenta del Instituto Nacional de Envejecimiento/Grupo de Trabajo Preclínico de la Asociación de Alzheimer y directora del Programa de Neuroimagen de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Reisa Sperling ha destacado que las investigaciones se han centrado en la relación existente entre las redes neuronales intrínseca y la evolución topográfica y sin embargo, la ubicación puede que sea la clave.

La doctora Golubic ha encontrado que la ubicación escondida en la topografía de la red auditiva sensorial es la clave, ahí descubrió un biomarcador topológico de la patología que muestra un gran efecto y alta precisión, sensibilidad y especificidad en la identificación de pacientes sintomáticos con esta enfermedad. El nuevo biomarcador no necesita la estimación de puntos de corte uniformes ni procesos de estandarización, no es invasivo y la sensibilidad a la heterogeneidad y a la variabilidad individual es baja debido a su naturaleza binaria, según los autores.

Asimismo, la doctora Golubic ha añadido que "en este estudio se confirma el uso de la localización de las fuentes neurales subyacentes a campos neuromagnéticos medidas fuera de la cabeza para detectar la enfermedad antes de los primeros síntomas. Los controles sanos estimularon un generador de discriminación prefrontal para dar respuesta a los tonos anormales o repetitivos. Entre las personas estudiadas había un subgrupo que no tenía activación en el generador de discriminación prefrontal solo para los tonos repetitivos y puntuaciones menores en exámenes de estado mental y retraso de la memoria visual".

La localización de una discreta activación prefrontal reguladora es un biomarcador muy prometedor de la enfermedad del Alzheimer a nivel individual. Es probable que, gracias a la no invasividad y la independencia estadística de este biomarcador se fomente su uso clínico.