El asma y la enfermedad pulmonar crónica (EPOC) son las afecciones respiratorias más comunes a nivel mundial, aunque otras como la neumoconiosis (enfermedad pulmonar provocada por la inhalación de polvo), la enfermedad pulmonar intersticial y la sarcoidosis pulmonar (causada por la cicatrización e inflamación pulmonar) también son problemas muy importantes para la salud pública mundial.

Hasta ahora, los análisis referidos a la muerte y pérdida de salud por estas enfermedades se habían basado en datos limitados o de áreas locales. Por ello, un grupo de investigadores de China utilizaron los datos del Global Burden of Disease Study 2017 para describir las tendencias de los últimos años, en lo referido a la mortalidad y discapacidad (AVAD); una media que combinaron entre la cantidad y la calidad de vida que dejan dichas enfermedades en los pacientes las padecen, en cuanto a la edad, sexo y país, entre 1990-2017.

Entre este periodo, el número de muertes por enfermedades respiratorias crónicas aumentó un 18%, pasando de 3,32 millones en 1990 a 3,91 millones en 2017. Un crecimiento que los investigadores asociaron con el riesgo que supone tener esta enfermedad con más de 70 años.

Sin embargo, las tasas de mortalidad y discapacidad clasificadas según la edad disminuyeron, particularmente en los hombres.

Factores de riesgo

Fumar fue el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad debido a la EPOC y el asma. De modo que, este hábito representó 1,4 millones de muertes y 33 millones de AVAD, sobre todo en las regiones más pobres, cifras que alertan sobre la necesidad urgente de mejorar el control del tabaco y de realizar campañas de prevención más efectivas.

La contaminación por partículas en el aire fue el segundo factor de riesgo más importante, con un millón de muertes y 25 millones de AVAD.

Por otro lado, tener un alto índice de masa corporal también ha influido en gran parte de las muertes por asma desde 2013, particularmente en mujeres, y ha contribuido a un elevado porcentaje de los AVAD desde 2003.