El paleontólogo y director científico del Museo de la Evolución Humana ha explicado durante estas jornada, organizada por el Consejo Económico y Social (CES), que "Es difícil ponerlo en marcha pero, una vez que arranca, el sistema se engrasa rápidamente", aunque "para eso necesitamos competir en la primera división de las universidades. Necesitamos, como el comer, dos o tres universidades de primer nivel", que atraigan el talento y donde se haga investigación de nivel que sea financiada (e interese) a las empresas.

Ese modelo, ha dicho, es el que funciona en el mundo anglosajón con centros como la universidad de Cambridge de donde han salido científicos tan importantes como Newton, Darwin o más recientemente Stephen Hawkings o Alan Turing, "un matemático con conocimientos vitales para Europa que consiguió poner fin a la Segunda Guerra Mundial y salvar dos millones de vidas".

En ese sentido, Arsuaga ha recordado que "a finales del año pasado, la revista Nature  elaboró una lista con las diez investigaciones más importantes de 2015. Una de ellas era Atapuerca pero ¿alguien se ha enterado de eso?", ha lamentado.

En la misma jornada, el presidente de la Comisión Sectorial de I+D+i de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), José Carlos Gómez Sal, ha recordado que España ocupa el décimo lugar en el ranking de producción científica mundial.

El 69% de esa investigación procede de las universidades y el resto se reparte entre el sector sanitario y los centros del Gobierno (CSIC, Ciemat…) pero la empresa prácticamente no entra”, ha lamentado.

De hecho, ha advertido, "en España la investigación, sin las universidades se queda en muy poco" y eso es un dato "preocupante" que hay que cambiar: "tenemos un problema en la transferencia de conocimiento y en la publicación de patentes y el país entero debe hacer un esfuerzo por solucionarlo".

Para Gómez Sal son muchos los problemas que impiden que España cuente con un correcto sistema de I+D. En primer lugar, ha denunciado, la universidad “no está en la agenda política" y "tampoco hay presión por parte de la sociedad que está más preocupada por la sanidad y el empleo".

Por todo ello, ha pedido reformas que actualicen y agilicen la Universidad, una mayor confluencia entre las empresas, las universidades y los organismos de investigación pero, sobre todo, "necesitamos un Pacto de Estado que asegure la continuidad de la Universidad y de la Ciencia", al margen de las circunstancias políticas o económicas.