Las personas que nunca han fumado y las que lo dejaron hace tiempo tienen un riesgo un 29% y un 32% menor respectivamente de tener demencia vascular, comparados también con los fumadores regulares.

El riesgo de sufrir Alzheimer también aumenta si se es fumador. En concreto, el estudio ha mostrado que los que nunca han fumado tienen un riesgo del 18% menor de sufrir esta enfermedad que los fumadores. El hábito de fumar es una de las causas más importantes de muerte prevenible en el mundo.

Este trabajo se desarrolló desde 2002 hasta 2013, con 46.140 hombres de 60 años y más, seleccionados en un programa de detección de la salud coreano. Los cambios en el hábito de fumar se establecieron repartiendo un cuestionario dividido en dos períodos de examen, uno de 2002 a 2003 y otro de 2004 a 2005.

Los participantes se dividieron en fumadores habituales, fumadores desde hacía menos de cuatro años, los que lo dejaron hace más de cuatro años y los que nunca habían fumado. Se hizo un seguimiento de ocho años para concretar el desarrollo de demencia, demencia vascular y Alzheimer.

El trabajo puntualiza que los estudios previos similares a este, se habían hecho únicamente en población occidental. Pueden establecerse diferencias entre tipos y prevalencia de la demencia entre las sociedades occidentales y asiáticas, por lo que entienden que los efectos de fumar pueden ser distintos dependiendo del grupo étnico que se trate.