Hoy en día es más que habitual ver en los hospitales a los médicos con un estetoscopio. Este aparato, que sirve para escuchar los sonidos del pecho fue creado René Laënnec. Para saber cómo  nació el primer estetoscopio hay que remontarse al año 1816, cuando este médico cambió el método tradicional de exploración por vergüenza.

René Laënnec era especialista en diagnosticar problemas torácicos, pero el pudor y la vergüenza no le dejaba trabajar bien ya que tenía que pegar su oído al pecho de sus pacientes a la hora de auscultarles. Por ello, decidió construir un artilugio de madera con dos piezas, un canal central y dos extremos en forma de embudo. 

Así fue como, fruto del pudor, del rechazo femenino a que un hombre se acercase tanto y de la dificultad de percibir ruido alguno en enfermos con sobrepeso, vió la luz el primer estetoscopio, también llamado fonendoscopio, alojado actualmente en el museo de Anestesiología Wood Library de Chicago. 

Su nombre responde a la conjunción de las palabras griegas stethos, que significa pecho, y skopein, que hace referencia al hecho de observar. A su uso, al estudio médico llevado a cabo con él, se le denominó auscultación.