Hugh Herr, que perdió sus piernas a los 17 años en un accidente de montaña, se ha especializado en el desarrollo de prótesis controladas por microprocesadores que emulan lafuncionalidad de rodillas, tobillos o pies, mejorando, así, la actividad física de estos pacientes.

Hugh Herr, Premio Princesa de Asturias de Investigación

De hecho, el propio Hugh Herr lleva las prótesis que el mismo ha diseñado y que le premiten poder seguir escalando montañas, su deporte favorito.

No es la primera vez que este diseñador biónico se enfrenta a estos galardones, en 2011 ya fue asipante.

El jurado de estos premios ha destacado que "investigaciones pioneras" en biomecatrónica desarrolladas por Herr, han dado lugar a una nueva clase de prótesis biónicas inteligentes, controlables por el cerebro, gracias a la combinación de inteligencia artificial, neurofisiología y robótica.

Así, el jurado ha valorado que sus métodos se basen en un conjunto de disciplinas científicas y tecnológicas de vanguardia, con un impacto significativo en personas con discapacidades, a través de prótesis adaptables que permiten movimientos similares a los fisiológicos.

Este galardón, que el año pasado recayó en las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por sus trabajos en la edición del genoma y al que este año optaban 34 candidaturas, está dotado con 50.000 euros, una reproducción de una escultura de Joan Miró, un diploma y una insignia que tradicionalmente entrega el rey Felipe en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo.