La insuficiencia cardíaca constituye la quinta causa de mortalidad y hospitalización en los países occidentales, en general, y en España, en particular. Es un cuadro clínico caracterizado por el fallo del corazón para suministrar al resto del organismo la cantidad de sangre necesaria para el normal funcionamiento de todos sus órganos. A medida que la enfermedad progresa, el riesgo de que se requieran ingresos hospitalarios urgentes aumenta y la calidad de vida de los pacientes se deteriora considerablemente, por lo que es fundamental desarrollar técnicas de detección precoz.

Los responsables del estudio, del Cima Universidad de Navarra, y pertenecientes al Centro de Investigación en Red Cardiovascular (CIBERCV); han puesto en relevancia la importancia de una nueva familia de moléculas presentes en sangre o en el tejido de los pacientes, después de analizar los casos de 234 pacientes con insuficiencia cardíaca, con un seguimiento medio de casi 5 años.

Esta familia de moléculas conocida como LIPCAR, es un tipo de ARN (Ácido Ribonucleico) que, por su estabilidad, se convierte en un marcador ejemplar en un proceso biológico. Además, posee actividades biológicas relacionadas con mecanismos patológicos.

En este caso, como explicaba el director del Programa de Enfermedades Cardiovasculares del Cima, el doctor Javier Díez, se ha “identificado el valor de LIPCAR como biomarcador del riesgo de hospitalización y muerte cardiovascular en pacientes con insuficiencia cardíaca.” Además, el investigador también explicaba que los niveles en sangre de LIPCAR aumentan en pacientes con insuficiencia cardíaca. Un incremento que “se asocia con una mayor tasa de hospitalización y de muerte cardiovascular en pacientes sin enfermedad renal”.

Gracias a estos resultados se ha conseguido facilitar el seguimiento personalizado de pacientes con insuficiencia cardíaca, y se abren las puertas a un tratamiento más preciso.

La insuficiencia cardíaca constituye la quinta causa de mortalidad y hospitalización en los países occidentales. Consiste en un cuadro clínico que se caracteriza por el fallo del corazón en el suministro de la cantidad de sangre necesaria al resto del organismo. A medida que la enfermedad progresa, el riesgo de que se requieran ingresos hospitalarios urgentes aumenta, por lo que es necesario desarrollar técnicas de detección precoz.