Este trabajo, junto a unos hallazgos previos sobre la combinación de inhibidores de puntos de control con quimioterapia, puede aumentar las tasa de respuesta en pacientes con cáncer de mama triple negativo en estadio temprano y ofrecer garantías de que los beneficios de la combinación se pueden lograr sin disminuir la calidad de vida de las pacientes, según aseguran sus autores.

Este informe es el primero que utiliza la propia retroalimentación de las pacientes para medir el impacto de la terapia combinada en el funcionamiento diario de los pacientes con cáncer de mama en una fase temprana.

El cáncer de mama triple negativo, que representa un 13% de los cánceres de mama, se llama así porque da negativo en las pruebas de los receptores de estrógeno y progesterona y de la proteína HER2. Este tipo de cáncer tiene peor pronóstico. Los ensayos de inmunoterapia buscan aumentar las opciones de tratamiento disponibles para estas pacientes.

La terapia de combinación aumentó la probabilidad de que las pacientes con cáncer de mama triple negativo en estadio temprano tuvieran una respuesta completa: una reducción de su cáncer a niveles indetectables.

Este nuevo estudio exploró si este tratamiento estuvo acompañado de una mejora de la calidad de vida de las pacientes. Se pidió que calificaran su capacidad para realizar actividades cotidianas como ir al trabajo o hacer la comida. Aunque las pacientes informaron de una mayor dificultad para realizar estas tareas, debido a los efectos secundarios del tratamiento como las náuseas, diarrea y fatiga, no hubo diferencias entre las que recibieron la terapia combinada y las que se sometieron solo a quimioterapia. Con el tiempo los efectos secundarios disminuyeron y ambos grupos se recuperaron igual de bien.

Según los autores, los hallazgos de esta investigación sugieren que la combinación de inhibidores de puntos de control y quimioterapia equilibran los efectos en la calidad de vida con las mejoras en los resultados.