Los científicos han descubierto que es una conexión inesperada entre el sistema de defensa del cuerpo y la regeneración de la piel. 

En el estudio, publicado en Plos Biology, se ha revelado que las células del sistema inmune, llamadas macrófagos, responsables de devorar posibles patógenos, son además las encargadas de activar el crecimiento de las células madre de la piel.

Estas células madre permiten la regeneración del pelo y también originan, cuando tienen fallos, el cáncer de células escamosas. Descubrir que los macrófagos las activan puede ser relevante no solo de cara a eventuales terapias contra la pérdida del cabello, sino para la investigación oncológica. 

Los autores del trabajo son Mirna Pérez-Moreno y Donatello Castellana, del Grupo de Biología Celular Epitelial del Programa Fundación BBVA-CNIO de Biología Celular del Cáncer, en colaboración con Ralf Paus, de las universidades de Manchester y Münster.

"Hemos descubierto que los macrófagos, unas células cuya función principal se ha atribuido a la defensa de infecciones y reparación de heridas, participan en el proceso de regeneración del pelo”, explica Pérez-Moreno. "Incluso hemos logrado inducir el crecimiento del pelo. Es la primera evidencia que se tiene del papel de los macrófagos en el crecimiento cíclico del pelo".

El trabajo, iniciado hace más de cuatro años, parte de una observación de Pérez-Moreno mientras investigaba en otro problema. Los ratones con que ella trabajaba entonces recibían un tratamiento con antiinflamatorios, un tratamiento que tuvo como inesperado efecto secundario la reactivación del crecimiento del pelo. Convencida de que la explicación debía estar en el sistema inmune, la inflamación es una respuesta defensiva del organismo, Pérez-Moreno empezó a experimentar con los distintos tipos de células responsables de la defensa del organismo.

Detectaron entonces un fenómeno curioso: en una fase concreta del crecimiento cíclico  del pelo, una parte de los macrófagos muere por el proceso de muerte celular autoinducida conocido como apoptosis y es entonces cuando el pelo empieza a crecer de nuevo. Es decir, la muerte de una parte de los macrófagos parece ser la señal que empuja al folículo piloso a entrar en la siguiente etapa del ciclo. 

Los investigadores desvelaron también cómo transmiten los macrófagos esa señal. Lo explica Pérez-Moreno: "La muerte de una parte de los macrófagos estimula a algunos macrófagos que quedan vivos para que secreten factores que activan las células madre de la piel, y promueven así el crecimiento del pelo".

Entre estos factores que secretan los macrófagos destacan unas proteínas llamadas Wnt. La confirmación de que los macrófagos son los responsables de la producción de estas proteínas es otro de los aspectos novedosos del trabajo.

Los investigadores demostraron todo lo anterior reproduciendo artificialmente el proceso natural. Para ello utilizaron un fármaco inhibidor de Wnt, y al hacerlo retrasaron, como esperaban, el crecimiento del pelo.  

Aunque este trabajo ha sido realizado enteramente en ratones, los investigadores creen que su hallazgo "debería facilitar el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas" para el tratamiento del crecimiento del cabello en humanos.