Este importante avance pretende aumentar la supervivencia de los bebés prematuros y ayudarles a que lleguen a buen término su total desarrollo. 

Un embarazo puede tener una duración variable entre las 36 y las 40 semanas de gestación. Sin embargo, hay bebés que se adelantan incluso en la semana 22/23.

"Nuestro sistema podría prevenir la morbilidad severa sufrida por los bebés extremadamente prematuros potencialmente ofreciendo una tecnología médica que no existe actualmente", dice el líder del estudio, Alan W. Flake, cirujano fetal y director del Centro de Investigación Fetal en el Centro para el Diagnóstico y Tratamiento Fetal en el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos.

Todavía se trata de un estudio preclínico y han probado los efectos de ese útero artificial en corderos fetales, en los cuáles el desarroollo pulmonar prenatal es muy parecido a los seres humanos. 

El innovador sistema utiliza un único contenedor lleno de fluido unido a máquinas hechas a medida que proporcionan apoyo fisiológico.

Los corderos fetales crecen en un ambiente casi estéril con control de la temperatura, respirando el líquido amniótico como hacen normalmente en el útero, con sus corazones bombeando sangre a través de su cordón umbilical en una máquina de intercambio de gas fuera de la bolsa. Los monitores electrónicos miden los signos vitales, el flujo sanguíneo y otras funciones cruciales.

"Estos niños tienen una necesidad urgente de un puente entre el vientre de la madre y el mundo exterior, señala Flake. Si podemos desarrollar un sistema extra-uterino para apoyar el crecimiento y la maduración de órganos durante sólo unas pocas semanas, podemos mejorar dramáticamente los resultados de los bebés extremadamente prematuros", explica el experto. 

El objetivo es respaldar a los bebés de entre 23 y 28 semanas de edad gestacional; ya que a las 28 semanas cruzan el umbral lejos de los resultados más graves, ha añadido el experto.

El centro estadounidense indica que el objetivo de su investigación es mantener en condiciones estables a los neonatos entre las 23 y las 28 semanas de edad de gestación, al entender que más allá de ese periodo "se traspasa una barrera" a partir de la cual superan los riesgos más severos.