Un grupo de científicos de todo el mundo, conocido como Colaboración para la Obstrucción del VIH mediante Epigenética Programada (HOPE, por sus siglas en inglés), está probando una estrategia novedosa para acabar con el VIH.

Su meta principal es la de eliminar y silenciar al VIH del organismo, para lo que están aprovechando el conocimiento existente sobre la manera en que otro tipo de virus se inactivan de forma natural con el paso del tiempo.

El equipo de investigación cuenta con una subvención de 26,5 millones de dólares procedente de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés). Se trata, por tanto, de un enfoque diferente frente a lo que se ha utilizado para acabar con el VIH.

Así, a lo largo de los últimos 40 años, el virus del VIH ha pasado de ser mortal a convertirse en uno que se puede controlar mediante la administración de medicación diaria. Sin embargo, los intentos por eliminarlo siempre han resultado fallidos.

En este sentido, el VIH tiene la capacidad de ocultarse en estado latente en las células inmunitarias; a pesar de que los virus latentes no producen síntomas o sida, pueden desencadenar problemas de salud a largo plazo y no se pueden tratar con la terapia antirretroviral estándar.

Por su parte, la interrupción de este tipo de terapia puede provocar un rebote rápido de la infección. Así, la mayoría de intentos en la búsqueda de su cura residen en la reactivación del virus latente de forma intencionada, para eliminarlo con la terapia antirretrovírica.

Esto se conoce como ‘choque y muerte’. Sin embargo, a veces surgen dificultades para reactivar todas las copias del virus en el organismo, o al menos, para conseguirlo sin efectos secundarios graves e indeseables.

Así, la nueva táctica de HOPE es denominada ‘bloquear y encerrar’ y consigue dirigirse al virus sin necesidad de reactivarlo. Esta estrategia está basada en otros virus antiguos que se han integrado en el genoma humano a lo largo de millones de años.

El VIH también se introduce en el genoma, pero, a diferencia de este, los virus antiguos se mantienen en un estado silencioso o resultan defectuosos. De este modo, los científicos han descubierto que estos virus carecen de elementos genéticos que si contiene el VIH.

Así, una secuencia de ADN al inicio del código genético del VIH y la proteína Tat son dos elementos que el VIH latente necesita para reactivarse y replicarse. Los científicos han descubierto que el bloqueo de Tat con pequeñas moléculas como fármacos puede bloquear el VIH en su fase latente.

De este modo, el bloqueo se prolonga durante cierto tiempo, incluso si se interrumpe la terapia antirretroviral. Así, esta terapia pretende presionar al VIH para que se vuelva inofensivo. Usar fármacos para evitar la reactivación del virus podría hacerlo pasar de un estado latente transitorio a otro sólidamente silenciado.

Estos fármacos impedirían la proteína Tat y modificarían la estructura tridimensional del material genético del VIH, lo que dificulta que otras proteínas lo activen. Esta doble estrategia podría, por tanto, dejar al VIH en un estado silencioso para siempre, sin necesidad de un tratamiento continuo.