El 85% de las personas encuestadas que la salud mental es muy o extremadamente importante, según una encuesta de McKinsey Health Institute, que también confirma que los jóvenes tienen una peor salud mental que los mayores.

Los encuestados de mayor edad calificaron su salud mental como “buena” o “muy buena” en comparación con los menores de 24 años. Luego, la salud mental parece ser un factor que afecta más a los jóvenes.

Este resultado refuerza las conclusiones obtenidas por otros estudios recientes, que destacan que los miembros de la Generación Z declaran tener una peor salud mental y que los más jóvenes se enfrentan hoy en día a más problemas psicológicos.

Esta encuesta también revela que el concepto de la salud es importante en todas sus dimensiones. Así, el 85 % de los encuestados otorga una relevancia muy importante o extremadamente importante a la salud física y mental, por delante de la salud social (70%) y la salud espiritual (62%).

El análisis defiende que la adopción de un concepto de salud más amplio podría ser la palanca para crear cambios significativos y duraderos en los individuos, las empresas y los países, permitiendo mejorar la esperanza y la calidad de vida de las personas. Según el estudio, “sentirse saludable no está directamente relacionado con la presencia o ausencia de una enfermedad”.

Tanto es así que el 40 % de los encuestados que padecen una enfermedad calificaban su salud como “buena” o “muy buena”, mientras que más del 20 % de los participantes con ausencia de enfermedades aseguraban que su salud era “mala” o “muy mala”, demostrando así que las dolencias físicas o psicológicas no siempre delimitan la percepción de la salud general de las personas.

Además, el análisis de McKinsey Health Institute subraya la importancia del grado en que las personas se sienten conectadas, valoradas socialmente o con un sentido de propósito.

¿Afectan la edad y los ingresos en nuestra percepción de salud?

Los resultados revelan que sentirse saludable no tiene por qué estar directamente vinculada con la edad.

De hecho, el 70 % de los encuestados de entre 18 a 24 años y el 60% de entre 75 y 84 años declaraba tener una “buena” o “muy buena salud” general, demostrando que, a pesar de la diferencia de edad, son pocas las diferencias en percepción de salud.

En esta línea, existe una correlación negativa entre la esperanza de vida y la percepción de buena salud. Por ejemplo, Japón es uno de los países con mayor esperanza de vida, pero tan solo el 30 % de los japoneses calificaron su salud como “buena” o “muy buena”, lo que sitúa al país con las notas más bajas de la encuesta.

Si se asocia la percepción de la salud que existe a nivel mundial y el nivel de ingresos. En la mayoría de los países, a mayor salario más aumenta la percepción de salud de los ciudadanos. Pero no por ello los países con las rentas medias más altas son los que cuentan con mejores calificaciones.

Por ejemplo, el 75% de los encuestados de México e Indonesia calificaron su salud como buena o muy buena, en comparación con el 45% de los de los participantes de Alemania e Italia.

Tanto la edad como el nivel de ingresos no son aspectos que puedan interferir en el bienestar y la calidad de vida de las personas, según la encuesta.

La familia y amigos, fundamentales en materia de salud

Uno de los factores más determinantes para el bienestar de los encuestados son las relaciones personales y el entorno social.

Para el 80% de los encuestados, la familia y los amigos representan la principal fuente de apoyo en materia de salud, por encima de los sistemas sanitarios privados (60%) y públicos (54%), y las comunidades religiosas (48%).

Los datos de la encuesta demuestran que el apoyo y la salud son aspectos que están directamente conectados. El 50% de las personas con alguna enfermedad aseguraron bajos índices de apoyo por parte de los sistemas sanitarios públicos.

El 80% de las personas con altos índices de apoyo calificaron su salud como "buena" o "muy buena", en comparación con el 40% de las personas con bajos índices de apoyo.