Desde marzo de 2015, año que el joven científico se incorporó al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), puso en marcha el primer laboratorio en España dedicado a la metástasis cerebral, denominado Grupo de Metástasis Cerebral.

En esta investigación Valiente y su equipo analizan la biología que hace posible que las células tumorales, desarrolladas en el pulmón, la mama o la piel, sean capaces de adaptarse y crecer en el cerebro, el por qué muchos tratamientos anti-cáncer no son efectivos para frenarlos del mismo modo que lo hacen en otras partes del organismo, y cómo generar nuevas terapias de refuerzo anti-tumoral del propio cerebro.

Además, esta investigación, que es un examen preliminar, supone la prueba que podría ser definitiva para que el compuesto de la sibilina se convierta en una alternativa eficaz y segura contra la metástasis cerebral.

La metástasis cerebral es uno de los grandes retos de la medicina, puesto que se estima que entre el 10% y el 40% de los tumores primarios generan metástasis en este órgano después de unos años, situación que empeora gravemente el pronóstico del paciente. Sin embargo, los tratamientos son escasos y, a día de hoy, se trata con cirugía y/o radioterapia.

Los escasos avances efectivos para la metástasis cerebral han sido la motivación para que Manuel Valiente comience el proyecto del Grupo de Metástasis Cerebral.

Los dos campos de estudio de este equipo han sido, por un lado, las células del cerebro llamadas astrocitos que responden ante el daño, entran en un estado reactivo y se asocian a la metástasis; y por otro lado, el gen STAT3, cuya activación ocurre notablemente en una subpoblación de astrocitos reactivos que son clave para crear un ambiente prometastático.

En este sentido, cuando se elimina el gen STAN3 de los astrocitos reactivos, la visibilidad de las metástasis cerebrales se ve comprometida. Con esta información, el grupo de investigación utilizó una nueva estrategia de cribado de fármacos, desarrollados por ellos mismos y denominado METPlatform, el cual permite analizar el comportamiento de ciertos compuestos simultáneamente sobre células metastáticas que se encuentran en el órgano destino.

Gracias a esta nueva herramienta, los expertos piensan que será posible ser más eficaces en el desarrollo de nuevos tratamientos terapéuticos, puesto que lo que evalúan es la célula metastática que crece en el órgano que coloniza.

Entre los compuestos testados, encontraron que la sibilina, cuya capacidad antitumoral había sido establecida por Joaquim Bosch, Jefe de la Unidad de Cáncer de Pulmón del Instituto Catalán de Oncología (ICO-IDIBGI), podía bloquear STAT3 en ratones y, por ello, establecieron un ensayo de 18 pacientes con carcioma de pulmón y metástasis cerebral.

El 75% de las personas estudiadas reaccionaron de forma positiva a nivel de la metástasis cerebral. De ellos, el 20% mostraron una respuesta total y un 55% una respuesta parcial.

A pesar de los positivos resultados, el joven científico considera necesario realizar más ensayos con este compuesto antes de incorporarlo a las clínicas oncológicas. Sin embargo, el Grupo de Metástasis Cerebral no ha encontrado por el momento la financiación necesaria para hacerlo.