Este dispositivo, que tendrá un tamaño inferior al de una tarjeta de crédito, pretende combatir la distrofia muscular, una enfermedad neuromuscular que se caracteriza por la reducción de la masa muscular aunque, también, puede afectar a otros órganos del cuerpo y al sistema nerviosos central.

El dispositivo 'Músculo en un chip' permitirá probar fármacos y tratamientos en condiciones muy parecidas a las que se producen en el cuerpo humano, lo que proporcionará una información más similar al paciente que los resultados que aportan las pruebas hechas con modelos animales.

Los investigadores han utilizado células de la piel de pacientes, los fibroblastos, las ha reprogramado, y han fabricado con ellas el tejido muscular esquelético mediante bioimpresión 3D.

Para conseguir que este tejido muscular sea funcional, han aplicado un campo eléctrico estimulando su contracción, consiguiendo así, que el tejido sea capaz de expresar una serie de metabolitos que se pueden medir como, por ejemplo, las interleucinas y citocinas, proteínas clave en enfermedades raras y autoinmunes.

Una vez se obtiene tejido funcional se integra en un dispositivo, denominado biorreactor, donde al tejido le llegará mediante canales de microfluídica, el medio que necesita para sobrevivir y los fármacos que se desean validar.

También estará dotado de unos electrodos que aplicarán el campo eléctrico, y una serie de biosensores que medirán los metabolitos en tiempo real, proporcionando una serie de información esencial para el estudio de la enfermedad.