El funcionamiento normal de las células humanas se basa en la interacción coordinada de diferentes orgánulos celulares, según el estudio publicado en la revista 'Cell Reports'. Con frecuencia una comunicación alterada entre estos orgánulos activará una respuesta de estrés para garantizar la supervivencia de las células afectadas.

Los neuropatólogos, del Instituto de Genética Médica y Patología de la Universidad de Basilea, demostraron que las deficiencias en el nivel de las mitocondrias, conocidas como "las fuentes energéticas de las células", también afectan a los orgánulos vecinos, como el retículo endoplásmico.

Una reacción de estrés activada consecutivamente lleva a la liberación del factor de crecimiento de fibroblastos-21 (FGF21) por las células nerviosas con mitocondrias alteradas. Los resultados del estudio muestran que la misma sustancia se induce en varios modelos de trastornos neurodegenerativos, donde se puede detectar antes de la muerte celular neuronal.

"Como el estrés celular crónico es un factor importante en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, FGF21 podría ser potencialmente adecuado como un biomarcador para la detección presintómica de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson", señalan los investigadores.

No obstante, detallan que otros tejidos y órganos también pueden producir FGF21, como el tejido adiposo y el hígado, se necesitan "más pruebas rigurosas" en este aspecto. "La disponibilidad de un biomarcador robusto representaría un avance importante en el desarrollo de nuevos enfoques dirigidos al estrés celular crónico para proporcionar neuroprotección", según indican.