Las sociedades científicas que agrupan a los profesionales sanitarios que atienden a pacientes con cáncer como son la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) , la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y la asociación que atiende a un mayor número de pacientes con cáncer, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), han trabajado conjuntamente en la realización del primer estudio con datos multihospitalarios para cuantificar la magnitud del impacto de la primera ola de la pandemia en los pacientes oncológicos y oncohematológicos.

Un estudio que ha analizado los meses de confinamiento, de marzo a junio, comparando los resultados con el mismo período del año 2019. Este estudio pretende ser una primera fotografía de lo que ha supuesto la pandemia en la atención hospitalaria a los pacientes con cáncer.

Ramón Reyes, presidente de la AECC, señala “que era necesario tener estos datos para calibrar el impacto sufrido por los pacientes en el ámbito hospitalario, tener una idea muy clara de qué es lo que se necesita para que las siguientes olas los pacientes con cáncer no se vean relegados y para prever las necesidades de atención que habrán generado los retrasos de los diagnósticos en la primera ola”.

Para realizar este estudio se envió una encuesta a los Servicios de Anatomía Patológica, Hematología, Oncología Médica y Oncología Radioterápica de 37 centros terciarios distribuidos por distintas Comunidades Autónomas teniendo en cuenta el impacto sanitario del coronavirus en España.

La doctora Mariluz Amador, directora médica de la AECC y coordinadora del estudio, señala que “la idea era tener los primeros datos cuantitativos generales sobre el impacto de la pandemia en los pacientes con cáncer en España en el ámbito hospitalario, y para ello se ha analizado la actividad en distintos servicios que atienden a estos pacientes durante los meses de marzo a junio comparándolos con el mismo periodo de tiempo del año anterior”.

La gran conclusión de este estudio es que la primera ola de la pandemia ha supuesto un descenso tanto en el número de nuevos diagnósticos como en el inicio de nuevos tratamientos en la población con cáncer debido, en la mayor parte de los casos, a la suspensión de la actividad asistencial durante ese periodo de tiempo, aunque también ha influido en la disminución del número de diagnósticos el temor por parte de los pacientes a acudir a sus centros hospitalarios por miedo a la infección por coronavirus.

Las primeras conclusiones del estudio señalan que durante los meses de confinamiento hubo menos actividad diagnóstica, menos pacientes nuevos, pero más atención telefónica. En este sentido, se multiplican casi por 3 las consultas de seguimiento hechas telefónicamente y se producen un descenso de alrededor de un tercio en las consultas presenciales respecto a 2019.

En este aspecto, el presidente de SEOM, Dr. Álvaro Rodríguez-Lescure matiza que “hay que priorizar la vía telefónica, siempre que esto no suponga un perjuicio en la atención de los pacientes, y organizando siempre las pruebas complementarias pertinentes y siguientes revisiones. Hay que tener en cuenta que la telemedicina en cáncer no puede ser una estrategia a largo plazo ni constante.

Probablemente sea una herramienta para aquellos pacientes en situación muy estable en los que se pueda alternar la visita presencial y telefónica o para aquellos pacientes que tan solo requieren un resultado puntual tras una visita presencial. Es cierto que la información que aporta al médico y al paciente una visita presencial no puede ser sustituida por una visita telefónica. En SEOM estamos elaborando un posicionamiento al respecto”.

En cuanto a las nuevas consultas, se observó que el número de pacientes nuevos decreció un 21% con relación al mismo período del año anterior, siendo la mayor caída los meses de abril y mayo con un 32% menos que en 2019. El número de pacientes atendidos en hospitales de día desciende una media del 14%, mientras que el número de pacientes que reciben tratamiento con quimioterapia desciende una media de un 9.5%.

El presidente de SEOM, Dr. Álvaro Rodriguez-Lescure destacara que “incluso en los peores momentos de la primera ola, se mantuvo la atención de los pacientes oncológicos y sus tratamientos, a pesar del colapso de los hospitales y bajas en los Servicios.

Se sopesó de forma individualizada los riesgos y potenciales beneficios de cada intervención en los pacientes con cáncer. Se valoró en cada caso qué tratamientos podían suspenderse, cambiarse o retrasarse, sin efecto perjudicial para los pacientes, y qué tratamientos eran necesarios para no afectar a la evolución de la enfermedad oncológica”.

Por otro lado, la presidenta de SEEO, Ángeles Peñuelas señala que “los cuidados de los pacientes con cáncer han sido siempre una prioridad para las enfermeras de referencia en oncología, tanto en los peores momentos de la primera ola, como en las sucesivas, participando muy activamente en la atención telemática y dando apoyo a todas las unidades implicadas, así como a los pacientes que, en momentos de incertidumbre, han demandado una atención muy concreta”.

En cuanto al número de pacientes atendidos en los servicios de radioterapia el número desciende en un 9% con respecto a los meses de marzo, abril y mayo del 2019. El número de pacientes tratados con radioterapia desciende un 5% de media en este periodo de tiempo.

Por su parte, el presidente de SEOR, el Dr. Jorge Contreras, ha destacado que “más del 60% de los casos de cáncer requieren actualmente tratamiento con Radioterapia y que además tiene un papel destacado en más de un 40% de las curaciones de los pacientes oncológicos”.

El Dr. Contreras quiere destacar que con la tecnología actualmente disponible en nuestro país los tratamientos con Radioterapia “son más eficaces, precisos y proporcionan excelentes resultados, siendo en muchas ocasiones una excelente alternativa a la cirugía, por ello es muy importante el garantizar el acceso a los tratamientos oncológicos, específicamente a la Radioterapia, para que no empeoren los resultados de supervivencia en Cáncer”.

En cuanto a las pruebas diagnósticas, durante la primera ola de la pandemia, se observó una disminución del 57% de la actividad diagnóstica en citologías en general lo que da lugar a una disminución del diagnóstico de cáncer con esta prueba del 30%. Estos datos reflejan la disminución de actividad de este tipo de diagnósticos en todos los pacientes no-covid en los hospitales.

Xavier Matías-Guiu, presidente de la SEAP pone de manifiesto que “durante el período estudiado se produjo un descenso muy significativo en la realización de biopsias de hasta un 41% y de citologías de hasta un 57%, especialmente en el mes de abril. Este descenso afectó a los pacientes con cáncer, aunque este descenso fue proporcionalmente menor, lo que indica que, en lo posible, se priorizaron los estudios de pacientes con cáncer”.

Por último, también se observó que la COVID-19 “ha tenido un gran impacto en la actividad asistencial de los equipos de trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) -denominado genéricamente como trasplante de médula ósea- y de terapia CAR-T, con una reducción importante de la actividad durante los peores meses (marzo, abril y mayo), recuperada en época estival. Así, por ejemplo, el alo-TPH de donante no emparentado se llegó a reducir hasta en un 50% con respecto al mismo periodo de 2019”, apunta Ramón García Sanz, presidente de la SEHH.

“Los hematólogos españoles contamos con, al menos, siete estudios que detallan los efectos de la pandemia en nuestros pacientes, y tres de ellos ya han sido publicados en revistas internacionales.

Estos estudios y/o registros tienen más pacientes que ningún otro trabajo que se haya hecho fuera de nuestro país y muestran cómo el paciente con cáncer de la sangre es de los más vulnerables frente a la COVID-19. La mortalidad global en estos pacientes se ha situado en torno al 30% y baja hasta el 18% en receptores de TPH. Es por ello que desde la SEHH se ha puesto en marcha una estrategia para evitar contagios de COVID-19 en estos pacientes, con rutas asistenciales y protocolos específicos, y cuyo proyecto piloto se está llevando a cabo con gran éxito”, concluye el presidente de la SEHH.

A la vista de estos datos, todos los participantes solicitan que las autoridades pongan en marcha medidas que eviten la suspensión de la actividad diagnóstica, terapéutica y asistencial en general en las siguientes olas de la pandemia, para lo que se ponen a su disposición con el fin de ver posibles soluciones a esta situación.

También creen que es necesario que los pacientes no demoren las consultas ni abandonen tratamientos por miedo a la infección por coronavirus. El 100% de los Servicios que han participado en este proyecto habían puesto medidas de control durante el mes de marzo de 2020 y en todos ellos se ha mantenido la atención, individualizando y adaptando las decisiones terapéuticas en cada paciente.La atención, asistencia, cuidado y protección del paciente con cáncer continúa siendo la prioridad número uno para los profesionales sanitarios del ámbito de la oncología.