Un estudio de la Facultad de Enfermería e Innovación Sanitaria de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) afirma que la pandemia ha causado alteraciones en el sueño a nivel mundial.

Algunos de los síntomas son insomnio, peor calidad del sueño o cambios en la hora de acostarse y levantarse. Así, un 56,5% de la muestra del estudio afirmó sufrir insomnio durante la pandemia.

El estudio publicado en la revista Sleep Health Journal analizó el sueño de personas de 79 países. Los científicos evaluaron cómo los distintos retos de la pandemia, los medios de subsistencia y los cambios en los estilos de vida produjeron alteraciones en el sueño.

En este sentido, los cambios pudieron agruparse en cuatro grandes grupos: sueño retrasado; sueño perdido y fragmentado; sueño oportunista; sueño desregulado y angustiado.

Prácticamente dos tercios de la muestra experimentaron ‘sueño retrasado’, que estaba relacionado con horas más tardías de acostarse, así como un aumento de las pesadillas y las siestas.

El 20% de la muestra experimentó el ‘sueño perdido y fragmentado’. Esto se debe a que los individuos se acostaban más tarde y pasaban poco tiempo en la cama intentando concebir el sueño, por lo que era restringido y de menor calidad, y no podía compensarse con las siestas. Las mujeres son más propensas a experimentar este tipo.

Por su parte, uno de cada diez individuos era ’oportunista del sueño’. Esto significa que antes de la pandemia restringieron su sueño notablemente y, durante la misma, pasaron más tiempo en la cama y pudieron dormir más que el resto de perfiles.

Finalmente, el patrón menos común fue el de sueño ‘desregulado y angustiado’, que solo lo experimentaron el 5% de los individuos. Este sueño es el más deteriorado, con un aumento de pesadillas y siestas, así como síntomas de insomnio más graves.

Estos resultados evidencian que las consecuencias de una pandemia se deben, en buena parte, a los antecedentes de sueño, así como el género y otros factores domésticos. El sueño es un aspecto fundamental para mantener la salud y el funcionamiento del organismo.