Desde la OMS advierten de que se está expandiendo a una velocidad preocupante y es que la variante ómicron ha acumulado más de 30 mutaciones, algunas preocupantes. El riesgo de reinfectarse por esta variante es mayor que con otras y el número de casos que provoca está aumentando.

Ómicron se notificó por primera vez el pasado 24 de noviembre a la OMS desde Sudáfrica. Sobre su origen se barajan varias hipótesis. Podría ser una recombinación homóloga, es decir, que en una misma persona hayan coincidido diferentes variantes y se hayan generado cambios de material genético en el virus.

Otra teoría es que el SARS-CoV-2 podría haber pasado por un reservorio animal donde aunar estas mutaciones. La última de las hipótesis es que el virus se haya alojado durante mucho tiempo en una persona inmunodeprimida, en África hay muchos que lo están debido al VIH, donde habría podido emerger con estas mutaciones.

Lo que está claro es que omicrón se caracteriza por una transmisión muy elevada, tal y como apuntan todos los estudios realizados hasta la fecha. Estos también señalan que se convertirá en la variante dominante dentro de poco tiempo.

Sobre cómo puede afectar a las vacunas, hay estudios de neutralización por anticuerpos de infectados y de personas vacunadas que demuestran que ómicron parece tener cierta resistencia a algunos sueros, aunque parece más resistente en personas con AstraZeneca que con las vacunas ARN.

También existen estudios que señalan que la pauta completa de la vacunación sigue siendo efectiva.

Otra característica de ómicron es que parece que ha bajado la intensidad de la clínica y su sintomatología es más leve y menos letal.

Sin embargo, aunque se trate de un virus con menos letalidad por persona infectada, si lo multiplicamos por millones de personas, porque tienen más capacidad de dispersión, se convierte en un virus más mortal por millón de habitantes.