Los antiinflamatorios tienen muchos beneficios si se usan correctamente puesto que alivian el dolor y la fiebre, y ayudan a controlar tanto enfermedades incapacitantes como reumáticas. Incluso, en concreto el ácido acetil-salicílico se usa para la prevención y tratamiento de enfermedades vasculares, como el infarto de miocardio o los accidentes vasculares cerebrales.

Además, este tipo de medicamentos reduce la inflamación en tejidos, en traumatismos, después de cirugías o en dolores musculares.

Estos son los dos tipos que existen:

- Antiinflamatorios esteroideos: Corticoides que se utilizan puntualmente y bajo prescripción médica.

- Antiinflamatorios no esteroideos o AINES: Son los más comunes y pueden ser utilizados tanto por indicación farmacéutica, médica o por automedicación.

El hecho de que gran parte de la población no sea consciente de que son medicamentos como cualquier otros con posibles efectos secundarios, ha hecho que muchas personas se automediquen o hagan un uso de ellos incorrecto, como por ejemplo alargando la duración de los tratamientos más allá de lo prescrito o sobrepasando la dosis máxima que pueden consumir los menores, dos prácticas muy comunes.

Entre los problemas más frecuentes que derivan de su uso inadecuado se encuentran: el aumento de la tensión arterial, la hepatoxicidad y los problemas renales o cardiovasculares.

Por estos motivos, desde la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD) alertan de que los antiinflamatorios, por su mecanismo de acción, pueden producir efectos no deseables en el organismo, y especialmente en el aparato digestivo, como lesiones en la mucosa que recubre la superficie interna de todo el tubo digestivo hasta provocar la aparición de úlceras que pueden llegar a sangrar y causar una hemorragia digestiva o perforar una pared del órgano donde asientan.

De tal modo que, la FEAD recomienda seguir las indicaciones de forma de uso y dosis que el médico o farmacéutico haya recetado y no abusar de ellos. Puedes visitar la campaña de Constantes y Vitales 'Tómalo en cuenta' para descubrir la importancia de la adherencia al tratamiento.