Existe una relación entre el riesgo de enfermedad cardiaca y la demencia, según ha demostrado un nuevo estudio presentado en la Conferencia Internacional sobre Ictus 2017, organizada por la Asociación Americana de Ictus.

Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins han observado que las personas con riesgos de enfermedad cardiaca en la edad madura, tales como la diabetes, la hipertensión o el tabaquismo, corren un mayor riesgo de sufrir demencia en el futuro.

"La salud de su sistema vascular en la mediana edad es realmente importante para la salud de su cerebro cuando usted es mayor", ha señalado Rebecca F. Gottesman, profesora asociada de Neurología de dicha universidad.

Este estudio se ha desarrollado desde 1987, año en el que se registraron 15.744 personas en cuatro comunidades de Estados Unidos. Los resultados han demostrado que el riesgo de demencia se eleva a medida que la gente crece, algo que ha resultado lógico, pero que los riesgos de enfermedades cardiacas detectados al inicio del estudio, cuando los participantes tenían 46 y 64 años, tenía un impacto significativo en la demencia posterior.

Los investigadores han hallado que el riesgo de demencia en el fututo es un 41% más alto en personas fumadoras de mediana edad que en no fumadores o ex fumadores. Asimismo, este riesgo aumento un 39% en personas con presión arterial alta (=140/90 mmHG) y un 31% en aquellos que padecen prehipertensión (entre 120/80 mmHG y 139/89 mmHg) en comparación con los que tienen una tensión arterial normal.

Además, han encontrado que la diabetes es un factor muy influyente en la aparición de la demencia, que afecta un 77% más en la demencia posterior que aquellos que no padecen esta enfermedad. "La diabetes aumenta el riesgo casi tanto como el factor de riesgo genético más importante conocido para la enfermedad de Alzheimer", ha subrayado Gottesman.

Los datos apuntan que el riesgo de demencia es un 11% menor en mujeres y superior en personas de raza negra, aquellos con una formación inferior, los de mayor edad, los portadores del gen conocido por aumentar el riesgo del Alzheimer, aquellos con la presión arterial alta, diabetes o fumadores en el momento de la evaluación inicial.

Del mismo modo, fumar y portar el gen del Alzheimer son factores de riesgo más graves en los blancos que en los negros. 

Para reducir estos efectos, los investigadores recomiendan dejar de fumar, cuidar el peso y acudir al doctor para que pueda detectar algún problema como la diabetes o la tensión arterial alta, para así poder tratarlos.