Un equipo de investigadores, dirigido por Jörn Karhausen, descubrieron que las plaquetas se activan y se agregan en pequeños vasos de ciertos tejidos susceptibles. Es aquí donde producen los mastocitos, células inmunes tisulares ubicadas cerca de los vasos sanguíneos, además de desencadenar la liberación de compuestos inflamatorios comúnmente destinados a combatir los patógenos.

La activación generalizada de los mastocitos podría ser la fuente de una variedad de problemas comunes de la cirugía cardíaca. Entre otros, destacan los períodos prolongados de presión arterial baja, por la liberación de mediadores que dilatan los vasos sanguíneos, y el daño directo de los órganos a través de la liberación de enzimas digestivas de tejidos.

Para confirmar sus hallazgos, los científicos han realizado un ensayo en animales genéticamente alterados, que verían manipulada su activación de plaquetas y mastocitos.

Ambas manipulaciones cambiaron el curso de los eventos inflamatorios, lo que hizo que la activación plaquetaria fuese suficiente para lanzar respuestas inflamatorias dependientes de mastocitos. Tal es así que, la inhibición de la activación plaquetaria durante la cirugía en los animales, frenaba esta inflamación potencialmente mortal.