El niño recibió un lóbulo del hígado de su abuela ya que era la única opción que le quedaba ya que padecía una enfermedad hepática que no tenía cura. 

El director de la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía y del Programa de Trasplante Hepático y Pancreático del hospital, Javier Briceño ha exlplicado que "el índice de supervivencia del pequeño era de unos seis o siete meses de vida, pero empeoró drásticamente y obligó a hacer una evaluación de donación un poco más acelerada de la habitual", de modo que "en el momento que se trasplantó su expectativa de vida no superaba el mes".

Lo normal es que para trasplantar un órgano a un bebé se busquen donantes que también sean niños, pero, en este caso, la opción de esperar a que un niño donante falleciera no era viable, porque el el pequeño necesitaba el nuevo órgano de urgencia, según han explicado los médicos del hospital Reina Sofía de Córdoba.

La abuela del bebé ha explicado que ser la donante de su nieto ha sido "la cosa más hermosa que ha podio hacer en este mundo", como es "darle vida" a su nieto, que "dejara de sufrir, porque poco a poco perdía la vida", por lo tanto destaca que es "una satisfacción".

Además, resalta que está "bien" tras el trasplante, que no le ha perjudicado "para nada", al tiempo que recomienda la donación de órganos, porque "es una cosa que da una energía y una satisfacción", de manera que asegura que "si tuviera que volver hacerlo, lo hacía de nuevo otra vez".

El director del programa de trasplante hepático reconoce que, de entrada, los sanitarios "se vieron sorprendidos" con la propuesta, pero enseguida valoraron la situación e iniciaron los estudios de idoneidad. "Las analíticas y las pruebas de imagen confirmaron que la abuela tenía un hígado perfecto", apunta el cirujano.

La abuela, que recibió el alta cuatro días después de la intervención, ha donado a su nieto alrededor del 20% de su hígado, al tratarse de un segmento pequeño, el órgano no necesita regenerarse para poder seguir realizando su función correctamente. 

La intervención se realizó hace tres meses y medio y gracias a ella el bebé disfruta de "una excelente función hepática" y ya se encuentra en perfecto estado. 

Se trata del primer trasplante de estas características que se lleva a cabo en España, y uno de los primeros en el mundo, a pesar de que cada vez es más común la donación entre familiares. La incompatibilidad para regalar un segmento hepático a su bebé por parte de los progenitores propició que entrara en escena la abuela materna, ofreciéndose ella misma como posible donante.