La fabricación de una proteína, durante la radioterapia para combatir tumores gastrointestinales, protege a células madre que más adelante regenerarán el órgano dañado. Este descubrimiento puede acabar con las muertes por síndrome gastrointestinal.

Como señalan los investigadores detrás de este hallazgo, la terapia más común contra el cáncer consiste en emitir radiación de forma controlada, con la intención de destruir las células tumorales. Sin embargo, durante este proceso también se dañan y se eliminan células sanas, lo que puede provocar dificultades en el futuro a la hora de revertir el tratamiento, o de regenerar los tejidos dañados.

 

Sin embargo, la proteína conocida como URI se encargaría de proteger a las células madre encargadas de la regeneración de los órganos dañados, en casos de cáncer en la cavidad gastrointestinal. Esto se debe a que durante la radioterapia solo se destruirían las células no quiescientes, es decir, aquellas que no proliferen y, por tanto, no se multipliquen, por encontrarse fabricando URI.

Otros estudios sobre esta proteína ponen también en relieve que el desarrollo de cantidades anormales de URI puede ser el responsable de la aparición de tumores en los órganos. Por el contrario, unos niveles demasiado bajos de la proteína suponen la desprotección de las células madre, y la posible aparición del síndrome gastrointestinal que acabará con el fallecimiento del paciente.

Como subrayan los autores de este nuevo estudio sobre la proteína, “URI parece contar con una ventana muy estrecha de equilibrio que determina el correcto funcionamiento de otras proteínas: cuando sus niveles están por encima o por debajo de esa ventana, puede promover tumores o proteger contra su desarrollo, así como el de otras enfermedades. Depende mucho del contexto.”