El futuro de los marcapasos podría pasar por dispositivos que se recarguen solos, sin necesidad de ningún tipo de alimentador externo. De momento, la mayoría de estos aparatos funcionan con pilas o baterías que abultan demasiado, o bien, tienen un periodo de vida demasiado corto.

Los últimos avances en materia de marcapasos pasan por aparatos cada vez más pequeños y menos invasivos, que sean capaces de recargarse por sí mismos. Hasta ahora, los progresos más notables pasaban por aparatos automáticos o implantables demasiado pequeños como para poder utilizarse con humanos, así como por dispositivos que por sus características, demandaban muy poca energía.

Sin embargo, un estudio desarrollado en colaboración con el Instituto de Tecnología de Georgia y el Instituto de Nanoenergía y Nanosistemas de la Academia de las Ciencias de Pekín, ha demostrado la posibilidad de crear un aparato autónomo, capaz de regular el ritmo cardíaco.

De momento, este innovador marcapasos que funciona sin pilas solo se ha probado en cerdos. No obstante, además de demostrar su efectividad, el dispositivo ha probado su capacidad de corregir irregularidades en el ritmo cardíaco de los animales. Al funcionar sin ningún tipo de batería eterna, el marcapasos destaca por actuar como un extractor de energía de la moción cardiaca. Es decir, el propio aparato sería responsable, tanto de mantener el ritmo cardíaco del paciente, como de utilizar estos movimientos para no dejar de funcionar.

Los autores de este estudio han demostrado que el marcapasos también serviría como una terapia para acabar con problemas relacionados con el corazón; puesto que corrige la arritmia sinusal y previene deterioros como el paro sinusal o la fibrilación ventricular. Una serie de complicaciones que pueden derivar en la muerte de los pacientes.

Aunque solo se ha probado en cerdos, dentro de poco podría desarrollarse un modelo de este marcapasos para humanos; una vez se solucionen las diferencias entre tamaño, bioeficiencia o seguridad a largo plazo.