La capacidad de la mayoría de las células del músculo cardiaco para reproducirse desaparece en las personas, en todos los mamíferos, poco después del nacimiento. Un proceso que hasta ahora no contaba con una explicación científica y que, por primera vez, los científicos alemanes han conseguido aclararlo.

En concreto, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'eLife', han descubierto que el centrosoma (un orgánulo celular) en las células del corazón sufre un proceso de desmontaje que se completa poco después del nacimiento.

Este proceso procede de algunas proteínas que salen del centrosoma y se trasladan a la membrana del núcleo de la célula en la que se almacena el ADN, lo que hace que el centrosoma se fracture en los dos centríolos que lo componen, haciendo perder a la célula su capacidad de reproducirse.

MANIPULAR EL CENTROSOMA COMO SE HACE CON EL CÁNCER
En los últimos años, diversas investigaciones han demostrado que si el centrosoma no está intacto la célula ya no puede reproducirse. Por ello, los científicos de la Universidad de Erlangen-Nuremberg se plantearon la posibilidad de manipularlo como se hace con el cáncer, donde las células se reproducen a una velocidad controlada.

Para ello, han estudiado si la integridad del centrosoma está regulada naturalmente en el reino animal con el fin de controlar la reproducción de ciertas células. "Nos ha sorprendido increíblemente que el centrosoma en las células del corazón del pez cebra y de los anfibios se mantiene intacto hasta la edad adulta", han reconocido.

De esta forma, por primera vez se ha descubierto una diferencia significativa entre el corazón de los mamíferos con los del pez cebra, lo que podría explicar los motivos por los que el corazón de las personas no puede regenerarse.

"Esta observación proporciona un nuevo punto de partida para los intentos de estimular la reproducción de las células musculares cardiacas en las personas. Además, la integridad del centrosoma puede ser examinada para hallar células del corazón adulto que puedan haber conservado su capacidad de reproducirse y, por tanto, encontrar nuevas terapias. Finalmente, un conocimiento detallado de este mecanismo también podría ayudar a desarrollar nuevos métodos para inhibir el crecimiento descontrolado de las células cancerosas", han zanjado los expertos.