Se trata de una gra noticia ya que este importante avance abre la puerta a futuros trasplantes de este tipo al levantarse la prohibición existente desde 1984 en Estados Unidos, en un país en el que, aproximadamente, 120.000 personas se encuentran en la lista de espera de donaciones de órganos. 

El hospital de Baltimore recibió recientemente la aprobación por parte de la entidad United Network for Organ Sharing, la organización sin ánimo de lucro que gestiona el sistema de donación de órganos en Estados Unidos.

El doctor Dorry Segev, profesor de cirugía en la Universidad Johns Hopkins y que participó en una de las operaciones, ha señalado en un comunicado que se trata de "un día muy emocionante” sobre todo para los pacientes que "cuentan a la vez con el virus del sida e insuficiencia de órganos".

En 1984, el Gobierno de EEUU excluyó en su Ley Nacional de Trasplante Órganos a los de aquellos pertenecientes a pacientes con sida, algo que se explica porque la decisión se tomó cuando no se conocía en profundidad el virus, que ahora es tratado como una enfermedad crónica.

El doctor Segev subrayó que el trasplante de órganos "es, de hecho, incluso más importante para pacientes con el virus, ya que mueren en la lista de espera con mayor rapidez que los enfermos sin el virus".

En este sentido, la HIV Medicine Association, que se centra en los estudios del virus, recalcó la importancia del hito médico al asegurar que "los donantes fallecidos con esta misma infección representa la única fuente de órganos con el potencial para salvar cientos de pacientes infectados que luchan contra problemas hepáticos y renales al año".

Es muy importante ya que gran parte de los infectados por el sida sufren hepatitis, por lo que necesitan trasplante de  hígado; mientras que los riñones también son de órganos muy requeridos por el daño causado por el uso prolongado de fármacos antirretrovirales.