Una investigación sobre una forma hereditaria de la enfermedad desvela que una proteína llamada GFAP es un potencial biomarcador en fases muy tempranas de la enfermedad.

El estudio, realizado por investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, ypublicado en la revista 'Brain', podría abrir la puerta a una detección más precoz del Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer causa entre el 60 y el 70 % de todos los casos de demencia. Las células del cerebro se degeneran como consecuencia de la acumulación anormal de las proteínas beta-amiloide y tau. Según se dañan más neuronas cereblaes, esto se manifiesta en disfunciones que afectan a la memoria y el habla.

La enfermedad continúa su progreso y los cambios biológicos en el cerebro comienzan 20 o 25 años antes de que la pérdida de memoria y otros síntomas cognitivos se hagan evidentes. Cuanto antes se diagnostique a un pacientes, antes se le podrá ofrecer un tratamiento adecuado.

Esta es una de las muchas razones por las que es necesario aumentar la investigaciónpara encontrar métodos eficaces que sirvan para una detección precoz en las enfermedades degenerativas.

Un reciente estudio, llevado a cabo por investigadores de Islandia y Reino Unido ha analizado unos biomarcadores en sangre para detectar cambios patológicos muy tempranos en una forma rara y hereditaria de la enfermedad del Alzheimer que representa menos del 1% de todos los casos. Las personas cuyo padre o madre padece Alzheimer tienen un 50% más de riesgo de desarrollar la enfermedad, debido a una mutación.

Los resultados de la investigación revelan cambios claros de varias concentraciones de proteínas sanguíneas en los portadores de la mutación.

El primer cambio observado consistió en un aumento de GFAP (proteína ácida fibrilar glial) unos diez años antes de los primeros síntomas de la enfermedad, a esto le siguió un aumento de las concentraciones de P-tau181 y, más tarde, de Nfl (proteína ligera de neurofilamentos), que está directamente relacionada con la extensión del daño neuronal en el cerebro con Alzheimer. Por lo que este hallazgo sobre la GFAP mejora las posibilidades de un diagnóstico precoz.