El último informe publicado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recoge que utilizar cigarrillos electrónicos, así como otros dispositivos que calientan pero no llegan a quemar el tabaco, son dañinos para la salud.

Si bien se trata de un daño menor que el que podría provocar, por ejemplo, el tabaco convencional, este tipo de dispositivos conllevan una serie de perjuicios para la salud que conllevan un riesgo a largo plazo. Estos resultados, recogidos en el informe oficial de SEPAR, se basan en una serie de estudios que, a su vez, sentarían las bases para establecer una nueva regulación sobre este tipo de dispositivos por parte del Ministerio de Salud.

A este respecto se han pronunciado distintos expertos que aseguran que, pese a que el nivel de toxicidad de estos aparatos pueda ser menor que el de los cigarrillos convencionales, estos dispositivos electrónicos y aquellos que no llegan a quemar el tabaco dañan la salud tanto a corto, como a medio y a largo plazo.

Además, subrayan que el humo de estos cigarrillos electrónicos perjudica de forma especial a los menores. Puesto que, pese a presentar niveles más bajos de monóxido de carbono, pueden contar con la misma proporción de nicotina que el resto del tabaco, e incluso pueden incluir una serie de sustancias cancerígenas en niveles mucho más elevados.

De esta forma, desde SEPAR proponen que estos dispositivos deban regularse de forma semejante al resto de productos de tabaco, puesto que tampoco han hallado evidencias de que puedan servir para dejar de fumar.