Dormir a mitad del día puede reducir hasta 5 milímetros de mercurio (mm Hg) de presión arterial. Un número que supera, por ejemplo, la reducción de la presión en sangre al evitar el consumo de sal o alcohol, y que se sitúa en torno a una disminución de 3 y 5 mm Hg.

Los beneficios de dormir la siesta se compararon también con los que pueden llegar a suponer los medicamentos contra la hipertensión de bajas dosis, que conllevan una bajada de alrededor de 5 y 7 mm HG.

Una mínima reducción de la presión en sangre, como pueden ser 2 mm Hg “puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares como ataques al corazón, hasta un 10%”, subrayaban los autores del estudio. La investigación también pone de manifiesto las virtudes de este descanso en personas con hipertensión arterial.

Para esta investigación se contó con 212 personas con distintas dificultades que derivaban en hipertensión. Tras dividirlos en grupos, se les sometió a un estudio intensivo de 24 horas, durante las cuales, a la mitad de los pacientes, se les permitió dormir 49 minutos de siesta. La conclusión del estudio observaba que aquellos que habían descansado, tuvieron una reducción de la presión arterial sistólica de 5,3 mm Hg, en comparación con quienes evitaron dormir a mitad del día. También se vio una diferencia notable de la presión en sangre general, entre quienes contaban con la siesta entre sus hábitos diarios, y quienes la evitaban.