En este estudio se ha incluído a unos 30.000 personas que ya padecieron un infarto de miocardio.

Así, la investigación ha revelado que el riesgo de sufrir un segundo infarto se reduce un 36%, en aquellas personas que tienen un nivel socioeonómico alto y un incremento del 14% en aquellos pacientes que están divorciados o solteros.

Durante el segumiento del estudio. de aproximadamente cuatro años, el 8% de estos pacientes sufrió ataques al corazón o derrame cerebral. También, se ha descubierto  que un mayor nivel de educación se relaciona con un mayor riesgo en este ámbito. 

"Los datos reflejan la necesidad de incluir el estatus socioeconómico en la evaluación del riesgo para la prevención secundaria después de un primer ataque al corazón", ha informado el autor principal del estudio, Joel Ohm.