La donación es un gesto altruista, el mayor acto de bondad entre los seres humanos. Mientras que la donación de un órgano puede dar la vida a una persona, la de un tejido le aporta calidad de vida. Es decir, un riñón regala más años de vda y una córnea servirá para que una persona viva con mejor calidad.

La extracción de los tejidos no tiene por que ser inmediata como la de un órgano, porque no precisan tener un corazón latiendo para ser preservados.

No sólo existen las donaciones de post mortem, una persona en vida también puede donar, aunque no es tan habitual. Un donante vivo compatible puede decidir donar parte de su hígado, así como un riñón, una porción de tejido o células. Siempre que no se ponga en peligro su vida.

La donación de médula ósea es vital para curar una variedad importante de enfermedades, sobre todo aquellas que afectan a la sangre, como la leucemia, los linfomas, la aplasia medular o los mielomas.

Donar sangre es necesario, tanto para mujeres con complicaciones obstétricas como para muchos pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas, enfermos de cáncer o personas afectadas por enfermedades como la talasemia. La sangre también se utiliza para la elaboración de diversos productos.

La ONT también señala que la sangre del cordón umbilical, que hasta ahora se desechaba tras el nacimiento del bebé, se emplea para el trasplante y se han ido creando bancos públicos de sangre de cordón umbilical, que contine las llamadas 'células madre sanguíneas', especializadas en la renovación de todas las células de la sangre.