Los afectados que pierden una parte de la movilidad de su cuerpo se someten a tratamientos de fisioterapia, mientras que las terapias basadas en el entrenamiento de la atención se reservan para pacientes con trastornos cognitivos como dificultades del aprendizaje o de memoria.

Sin embargo, el estudio que publica la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) apunta que las terapias de carácter atencional, como los videojuegos, pueden complementar los tratamientos físicos que reciben estos pacientes, como la fisioterapia.

En la investigación analizaron durante más de tres años la arquitectura de las lesiones en el cerebro de 167 pacientes con ictus, para analizar con precisión los patrones de dichas lesiones y comprender mejor los problemas motrices que sufren.

A través de un 'mapeo' realizado con resonancia magnética, identificaron la parte afectada y el tipo y tamaño de la lesión, y analizaron la conectividad entre las diferentes zonas del cerebro.

Sometieron a los pacientes a diversas tareas motoras, algunas muy sencillas, como agarrar con fuerza un objeto, y tras las pruebas los investigadores comprobaron que esas tareas quedaban "deterioradas" en aquellos pacientes que tenían lesiones en la zona del cerebro "involucrada" en la atención.

NUEVAS VÍAS TERAPÉUTICAS

Los expertos subrayan la importancia de las partes atencionales del cerebro en el control del movimiento, lo que "puede también sugerir algunas vías terapéuticas", como complementar "las terapias motoras basadas en fisioterapia con otro tipo de entrenamiento cognitivo que aumente la atención en los pacientes". Y un ejemplo sería el trabajo con videojuegos.

Hasta ahora se pensaba que el control del movimiento y el aspecto atencional eran "sistemas diferentes" con poca relación entre sí, y que los tratamientos para los pacientes con lesiones cognitivas podrían no servir para los que tenían problemas motrices. Sin embargo, las conclusiones de esta investigación han mostrado lo contrario.

El siguiente paso será establecer un ensayo clínico con pacientes que sufren trastornos motores por culpa de un ictus y dividirlos en dos grupos: uno de ellos sometido a tratamiento con fisioterapia y el otro, con un entrenamiento cognitivo complementario.