La razón es que el SARS-CoV-2, el virus responsable de la infección, tarda un promedio de 30 días en eliminarse del cuerpo después del primer positivo y un promedio de 36 días después de que aparecen los primeros síntomas, según muestran los resultados del estudio basado en la población de uno de los puntos calientes del coronavirus en Italia.

Aún no se sabe lo contagiosa que puede ser una persona en fase de recuperación, según advierten los investigadores. Además, destacan la elevada tasa de falsos negativos en las pruebas.

Para frenar la infección es clave evaluar de forma precisa cuánto tiempo tarda el cuerpo en eliminar el SARS-CoV-2- De esta forma, también se ajustará el aislamiento forzado para pacientes que ya no tienen síntomas.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores siguieron el progreso de 4.480 residentes en la región italiana Emilia-Romagna, que dieron positivo entre el 26 de febrero y el 22 de abril de este año.

Los investigadores consideran que realizar la prueba a los 14 días del primer positivo tendrá el mismo resultado en la mayoría de los casos y que todavía existe una alta tasa de falsos negativos cuando se vuelve a realizar la prueba hasta tres semanas después.

Según sus datos, estaríamos ante un periodo de diseminación viral activa más amplio, por lo que el aislamiento debería ser más largo para evitar contagios.