Esta nueva investigación, realizada en el Instituto de Investigación del Cáncer, de Londres, Reino Unido, detectó que la enzima lisil oxidasa (LOX), extraída del tumor primario provoca agujeros en el hueso y prepara el hueso para la futura llegada de las células cancerosas.

El cáncer secundario de mama (metástasis) es la principal causa de las 12.000 muertes que se producen en Reino Unido, cada año, a causa de esta enfermedad.
El lugar más frecuente al que se suele propagar esta enfermedad suele ser al hueso, que ocurre en el 85% de los enfermos con cáncer de mama secundario.

Los resultados sugieren que la identificación de LOX en pacientes con cáncer de mama negativo para receptores de estrógeno (ER negativos) en estadío temprano podría permitir a los médicos bloquear la actividad de la enzima, prevenir el daño del hueso y evitar la propagación de las células tumorales al hueso (metástasis), deteniendo la progresión de la enfermedad.

Además, los científicos demostraron que el tratamiento con bifosfonato, una clase existente de fármacos que evitan la pérdida de masa ósea y ya se utilizan para tratar enfermedades como la osteoporosis, fue capaz de prevenir los cambios en el hueso y la propagación de la enfermedad en ratones.

Este trabajo, codirigido por Alison Gartland, del Departamento de Metabolismo Humano de la Universidad de Sheffield, podría conducir a un mejor pronóstico para los pacientes con cáncer en el largo plazo.

"Éste es un avance importante en la lucha contra la metástasis del cáncer de mama y estos hallazgos podrían llevar a nuevos tratamientos para detener los tumores de mama secundarios que crecen en el hueso, aumentando las posibilidades de supervivencia de miles de pacientes", augura Gartland.