La experta, María Sagrario Manzano, ha recomendado que, si ocurre estos signos como repertir palabras o preguntas, es muy recomendable consultar o acudir a un médico para que realice una valoración inicial y solicite la analítica básica con perfil tiroideo, vitamina B12, ácido fólico y serología de sífilis (en aquellas zonas donde sea prevalente) para tratar de descartar causas potencialmente reversibles.

Después, es necesario visitar al neurólogo, geriatra o psiquiatra. En este nivel, se podrán efectuar exploraciones cognitivas un poco más amplias, según la disponibilidad de tiempo, y pruebas de imagen cerebral como una TAC o una resonancia magnética así como una SPECT cerebral.

"El problema radica cuando el paciente carece de conciencia del problema y nos encontramos con un rechazo frontal de acudir a los médicos a pesar de la insistencia de los familiares. En ocasiones, este dilema se solventa comunicando al paciente que va a someterse a una revisión rutinaria, sin especificar que se trata de una valoración de su memoria", explica la neuróloga.

En caso de dudas o de casos de inicio juvenil o casos familiares, entre otros, se podrá optar en algunos ámbitos por una valoración de especialistas en Neurología de la Conducta, que podrán acceder a un arsenal diagnóstico más detallado para llegar a conclusiones en pacientes complicados.

De hecho, se podrán realizar test genéticos en casos familiares y posibilidad de determinaciones genéticas. Además, en unidades más especializadas, se podrán realizar punciones lumbares con determinación de biomarcadores, imágenes de función cerebral, como PET, a fin de lograr una mejor aproximación.