Dentro del sector alimentario y fitosanitario se está intentando adaptar la tecnología al ámbito médico. Estos dispositivos electrónicos de bajo coste como son las narices y lenguas electrónicas, incluyen sensores de gases y de líquidos relacionados con enfermedades.

Así, presentan la capacidad de detectar compuestos orgánicos volátiles (VOCs) que forman parte de una muestra olorosa; pudiendo de esa forma reconocerla o discriminarla dentro de un conjunto de sustancias olorosas.

El proyecto lo lleva a cabo un grupo de investigadores multidisciplinar de la Universidad Miguel Hernández. Y el objetivo principal del proyecto es crear un dispositivo robusto, funcional y fiable, que pueda ser comercializado a un precio económico. De esta forma, se podría trabajar para aplicar esta tecnología a la detección de enfermedades por medios no invasivos.

Colabora con este proyecto en Precipita